mayéutica
2. f. Método socrático con que el maestro, mediante
preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban
latentes.
Desde su “ignorancia”, Sócrates paseaba por Atenas
preguntando a los ciudadanos qué era para ellos la justicia o el amor,
refutándoles sus respuestas con preguntas, liberándolos de prejuicios hasta llevarles a sus propias verdades. En el
caso de la justicia, ese método nos condujo a lo que se conoce como Ley
Natural, intrínseca y común en los seres humanos, y que ya Aristóteles
diferenció de la Justicia legal.
Pero la Ley Natural no es la única fuente de Derecho en una sociedad. Las costumbres, la jurisprudencia o la religión terminan de dar forma al ordenamiento jurídico.
Pero la Ley Natural no es la única fuente de Derecho en una sociedad. Las costumbres, la jurisprudencia o la religión terminan de dar forma al ordenamiento jurídico.
Si a prejuicios y matización del Derecho Natural le
añadimos el caos jurídico en que se sume España (exceso de leyes, falta de
personal, politización, y un largo etcétera), es difícil creer en la justicia
individualmente, aunque sea necesario apoyarse en ella colectivamente para mantener el omnipresente Estado de Derecho.
El caso Marta del Castillo es un claro ejemplo de esta
diferenciación entre legalidad y justicia. La sentencia naturalmente nos escuece,
porque sabemos que lo hicieron (es más, confesaron al principio), pero legalmente no
es demostrable y en el Supremo, incluso rebajarán la condena. Casos como este
no pueden infundir desconfianza colectiva en la justicia, sólo reconocer que hay
delitos “bien hechos” que por muchas leyes que creásemos seguirían quedando
impunes.
A los que escapan por el resquicio, y si yo fuese
familiar de Marta, sin prisa, Ley del Talión.